Dejen respirar a las bitácoras

¡Ostras, nos han descubierto (una vez más) la receta de la sopa de ajo!



Un servidor lleva cierto tiempo leyendo bitácoras de temática muy distinta: geeks, personalísimas, de fotografía, de viajes, de opinión (sobretodo), etc. La conclusión que sacó hace tiempo es que cada una es hija de su padre y de su madre. Si se fija uno un poco ve que tienen muchos defectos, subsanables y muchas más virtudes, no reconocidas. Pero, de entre todos estos defectos, hay dos que son mencionados en la práctica totalidad de los artículos de opinión que se escriben sobre el movimiento de los blogs en España: el ombliguismo y el egocentrismo. Ambos discutibles.



¿Ombliguismo? Sí, por supuesto, la blogosfera es un ser recien nacido que aun se sorprende de su propia existencia, que aun no termina de creerse que ha llegado al mundo. No se trata de un caso de autocomplacencia o de endogamía, como tantas veces nos han repetido. Se trata de autoafirmación, de intentar hacer ver que no son cuatro locos escribiendo paridas frente a su ordenador, que esto va en serio, que hay gente que opina y gente que escucha, y que a su vez vuelve a opinar. Se trata, en mi opinión y en definitiva, de recalcar que se está moviendo cada vez más gente para ofrecer una versión más cercana del mundo que nos rodea. No solo el microespacio vital de cada cual, eso es terreno propio de las bitácoras personales. Me refiero al mundo social y al mundo mediático que tenemos delante y del que solo vemos una parte.



Los autores de las bitácoras ponen a disposición de los demás su pieza del gran puzzle social para quien quiera que pase por ahí lo recoja y si le viene bien, lo use. No tienen porque hacer esto voluntariamente, ni siquiera conscientemente, pero es lo que hacen, basta fijarse un poco.



El movimiento que representan los blogs (españoles) no está asentado en absoluto ni está tan desarrollado como pretenden algunos. Están tratando de calificar las bitácoras hispanas con el mismo baremo que las anglosajonas, por ser gráfico, pretenden que un bebé alcance a gatas las marcas de un corredor de fondo.

Como un ser joven que es, la blogosfera aun tiende a seguir la inercia del conjunto. Aquí y allá se separan sujetos que marcan la diferencia, que se crean una sustancia distinta y singular, a veces en conflicto con el movimiento generalizado, a veces creando su propio movimiento pero aun no son suficientes.



El problema, en mi opinión, está en el excesivo celo que se está teniendo en que la blogosfera sea "lo que tiene que ser" en lugar de dejar que sea "lo que es" para que llegue a ser "lo que será" (trabalenguas).

En resumen, y termino, me gustaría que fuesen los blogueros y la propia masa de opinión los que decidiesen, sin ataduras, el "que serán" de las bitacoras.



Seguro que dentro de un tiempo más de un esceptico se llevaría una grata sorpresa.