Me vais a permitir hoy un post de desahogo.
Esta tarde tengo que ir a comprar así que voy a coger el coche para ir a un centro comercial de aquí, de Valencia. Concretamente a la zona de Campanar. Antes de salir de casa me aseguraré de que llevo unas cuantas monedas en el bolsillo. ¿por qué? Por que si no llevo algo suelto me arriesgo a que un "gorrilla" me haga un picasso en la pintura del coche.
Como no se si el fenomeno de los gorrillas se da en otras ciudades de España, o incluso en otros paises, os cuento de que va el tema.
Es asquerosamente sencillo. Uno llega a su lugar de destino y comienza a buscar aparcamiento, pronto advierte la presencia de unos tipos a ambos lados de la calle que hacen gestos como si se abanicasen la entrepierna mientras te señalan un sitio libre que, por cierto, tu ya habías visto. Te acercas, maniobras un poco -mientras el "amigo" te da unas indicaciones que no necesitas- y metes el coche. Entonces viene lo bueno. Aunque no lo diga en ninguna ley, ni se trate de empleados municipales ni nada que se le parezca, tu tienes que darles una "propina" a estos sujetos que no hacen sino estorbar. Encomillo lo de "propina" porque en realidad no deja de ser un pago para evitar que, al volver a recojer el coche, te encuentres que te lo han rayado, te han roto un espejo o te han hecho una gracia de ese estilo.
Al principio estos gorrillas eran pocos, apenas una docena en toda Valencia y siempre en sitios muy específicos y muy conflictivos para aparcar, pero ahora, ¡dios!, ahora han llegado incluso a mi barrio. Absurdo, para poder aparcar en una calle, al lado de mi casa un payaso de esos me exige -de forma velada por supuesto- que le pague su pequeña extorsión. ¡Un cojón! (con perdón) Te puedes negar, por supuesto, pero tal como están las cosas a veces te arriesgas a algo más que a te rayen el coche.
Esta práctica podía parecer en un principio un poco "picaresca" y sin excesiva gravedad pero ultimamente las cosas se han salido de madre.
Los "gorrillas" se multiplican como hongos. Hace un par de años veías a dos o tres en una determinada calle, siempre eran inmigrantes o yonkis que buscaban la manera de sacarse cuatro duros. Jodía, pero menos. Actualmente todas las zonas comerciales están salpicadas de "gorrillas", también los lugares de afluencia común como hospitales o estadios de futbol. Ya no son tres o cuatro, son autenticos equipos de "gorrillas", ocho, nueve o diez en la misma calle. Antes, tenían la medio decencia de indicarte el sitio y guiarte en la maniobra, ahora aparcas como puedes y vienen corriendo desde la otra esquina de la calle, con todo el morrazo, para que le des "la propina". Lamentable.
Cuando todo esto empezó no daban problemas, había pocos pero eran inofensivos (relativamente). En la actualidad muchos dan autentico miedo. Hace un mes aproximadamente, conduciendo cerca del Hospital de la Fe (precisamente la zona donde voy esta tarde), mi novia y yo vimos como un gorrilla se acercaba corriendo a un señor acompañado de su esposa y este se negaba a darle un duro, el gorrilla comenzó a insultarle y aquello acabo a ostias, era de esperar.
Otro caso sangrante lo viví en mis propias carnes cuando dejé aparcado el coche frente a la estación de autobuses para llamar en una cabina que quedaba justo al lado. Bien, pues uno de estos gorrillas se me acercó a pedirme mientras metía las monedas, le miré con mala cara y seguí marcando el número. La sorpresa me la llevé al ver que había un policia local justo al lado de mi coche, mirando en mi dirección, contemplando la escena sin hacer nada. Imagino (quiero imaginar) que aquel policia no podía hacer nada, la legislación no contempla nada al respecto y por ahora son intocables pues no cometen ningún delito o falta tipificado. Pero jode, vaya si jode, no sabeis cuanto.
Por lo que me han comentado y han coincidido amigos y familiares las agresiones físicas y verbales en las que están metidos de por medio estos mafiosos de segunda van in crescendo. La alcaldesa debe de tener como dos archivadores llenos de denuncias a esta gente, el buzón desbordando con cartas de asociaciones vecinales y de particulares y recortes de prensa sobre el tema como para alicatar todos los cuartos de baño de la Preysler. Ni por esas. La "señora alcaldesa" -de alguna forma habrá que llamarla- se pasa las protestas de sus conciudadanos por el arco del triunfo y permite que el malestar cunda entre los todos los valencianos y entre los residentes en los barrios más afectados especialmente.
No solo eso, sino que además, ha ampliado el número de plazas O.R.A a algunas zonas universitarias con lo cual llevarte el coche a la universidad no te sale a cuenta.
(Imaginate si coincide que solo hay aparcamiento en una calle O.R.A. infestada de gorrillas, no baja de 3 € la broma)
Cualquier día habrá sangre, de un lado o de otro, algún día un "mascao" tarado cogera a sus amiguitos de los bates de beisbol y romperán unas cuantas cabezas en una calle, o algún gorrilla pasado de vueltas le pegará un navajazo al primero que le diga las cosas a la cara. Algún día pasaran cosas serias de verdad, ya comienzan a pasar, y habrá problemas, problemas que no serán de un par de euros y puede -solo puede- que entonces alguien deje de rascarse la barriga en el ayuntamiento y haga algo para solucionar esto.
Hasta entonces, no me olvidaré de coger unas monedas antes de salir de casa.