Seguramente mientras leeis estas líneas muchos de vosotros estareis descargando miles de bytes de música, juegos o cine desde algún programa de intercambio de archivos (P2P) como Kazaa, Emule, Edonkey, etc. Pues tengo una noticia para vosotros. Podéis ser denunciados. "Vaya novedad" dirán algunos, o " yo no me bajo casi nada, a mi no me van a denunciar". Ese es el pensamiento más común, estamos convencidos que en España solo se denuncia y detiene a las grandes redes de copia y falsificación de CDs. Eso era antes, antes de que las grandes máquinas de hacer dinero que son las discográficas y las productoras de medios se diesen cuenta que una parte del pastel también les volaba a través de los discos duros de millones de usuarios de estos programas de intercambio.
En Kriptopolis, el abogado Carlos Sánchez Almeida, uno de los más firmes defensores de las libertades digitales y de los derechos del ciudadano en internet, realiza un articulo soberbio acerca de estas redes, de los intereses económicos que intentan frenarlas, del drama absurdo y paradójico que ha tenido que vivir una familia barcelonesa gracias a los desvaríos interesados de la mal llamada justicia española y de como los medios digitales de nuestro país hacen oidos sordos a estos acontecimientos mientras ponen la mano bien abierta para ver caer los euros.
En estos momentos en nuestro país no esta muy claro para nadie que alcance tiene el supuesto delito de intercambio de archivos con copyright a través de los programas P2P que todos, y digo todos con conocimiento de causa, hemos usado mas de una vez de forma directa o indirecta. El caso de Barcelona que analiza Sánchez Almeida puede darnos una idea aproximada de como están las cosas y de como se van a poner para todos si alguien no lo remedia.
En mi opinión si analizamos los perjuicios que acarrean para las discográficas los P2P frente a los conocidos "Top manta" vemos que no son en absoluto tan graves. En primer lugar hay que mencionar que en muchas ocasiones los aficionados a la música en mayor medida, y al cine en menor proporción, son los que descargan mas contenidos piratas, si, es correcto, pero son a la vez los mayores consumidores de música y cine legal lo que indica que en muchas ocasiones internet sirve de plataforma de despegue para el mercado legal. Hablando en cristiano, muchos son los que primero oyen el disco en internet y después lo compran si les gusta, o no, y esto me parece algo justo por no decir necesario.
Si se cierran y demonizan las redes de intercambio de música y cine por internet el comprador de a pie no va a poder gastarse 18 euros, a veces mas, en un disco que sabe que no es enteramente un buen producto -sabe que solo oirá dos, tal vez tres canciones que realmente le gustan. ¿Que hará entonces? Si no puede descargarse la música de internet acudirá al "top manta", a videoclubs o a amigos y conocidos para conseguir una copia pirata del disco o del DVD que busca. Si nos atenemos en concreto al caso de la piratería en el "top manta" vemos que además de no vender un disco original la perdida es doble para las discográficas ya que con el dinero de esa compra se financian las redes de copia y venta ilegal y las futuras copias piratas de futuras producciones. El circulo vicioso esta servido internautas. Ha quedado patente la falta de eficacia de las medidas policiales para detener el "top manta", simplemente nuestra legislación en derechos de autor es un fósil que esta siendo sustituida por grilletes en forma de leyes poco menos que injustas para los ciudadanos siguiendo la falsa creencia de "pasaran por el aro" y el eslogan esegeaero "esto beneficia a todos". Tal vez han pasado una cosa por alto, los autores y las productoras viven de nuestro dinero, sin nosotros no son nadie, cuanto más intenten exprimir al ciudadano mas alternativas aparecerán a la compra original. Es necesario una venta justa del cine y de la música y acabar cuanto antes con las influencias de los grandes mercados en nuestra legislación nacional. Es una autentica pena que no les entre en sus adineradas testas que cuanto más bajen los precios mayor será el consumo de música y cine "legal".
Articulo de Carlos Sanchez Almeida (Kriptopolis- Muy, muy interesante)